16.4.11

Significante multiplicado

Y ahí está otra vez la comodidad de encontrar un nuevo significante. La vaina está bien rara. ¿Qué me creo? ¿Es que tengo ínfulas de árbitro? Sí. Creo que soy el árbitro, el que forzadamente encaja significados y significantes. Particularmente este significante me gusta, le queda como bien el significado de… No, no lo diré. Tengo prohibida esa maldita palabra, que me confunde, que se caga todo. Me pueden decir lo que quieran: Cobarde, valiente, marica, marik, cómodo, fácil, difícil, cínico, solapado, platónico, pero nunca me pueden decir enamorado. No me enamoro y no quiero, se lo caga todo. Y ahí está el azar; creo que intencionalmente el muy maldito crea coincidencias, y yo, que soy bueno detectándolas, conecto no sólo significados y significantes, sino significantes y significantes y les embuto significados. Sí, ya sé que estoy tocando fondo: no uno sino dos, hasta tres y más significados. Al nuevo significante lo voy a ver todos los días. Y él me va a ver, sí señor. Sí, señoras y señores, él me va a ver, y me va a ver bien visto mientras yo lo veo. Mientras le atribuyo, [arbitro] significado, él, pasivito pasivito se va a dejar. La meta es como el suelo. En mi caso, la meta [el significante] en el suelo, en el piso, dejándose llenar de todo mi significado.
No puedo negar que es como rebelde el dichoso significante; de hecho, no me había visto hasta que le hablé. ¡Ah! Y él tiene otro significado: pero no importa, yo lo quito, yo puedo, ¡yo sé de teoría de significado y significante! Y luego de que le propuse ser su significado, ¿Saben qué hizo el significante? ¿Se imaginan de qué fue capaz? Se calló. Hizo silencio. Es el significante más silencioso y por lo tanto el más seductor que he visto. Es un significante que calla. Es perfecto, pues yo no puedo decir el significado que le atribuyo. Él será el significante que se dejará atribuir el significado, pero no lo dirá ni lo demostrará. Será un significante sin significado explícito, vulgar, soez. Será el significante con el significado escondido y discreto. Será placer, satisfacción, juego, texto, texido, tejido, tejiendo.
Es el significante que se desvanece. Sé que mi significado lo seduce, pues también es silencioso. Pero [afortunadamente] me es totalmente imposible enunciar cualquier relación tangible con él con el significante, no puedo afirmar que es mío solamente mió y no de otro significado. Me es intangible, me es inefable. No es como el otro, el que lo decía todo, que me hallaba significado y me lo metía, el que me veía la cara de significante. Prometo solemnemente que él, el nuevo significante, conocerá bastante pero no lo suficiente. Es lo que quiero hacer. Seducir al significante, no enunciarle nada, que sea producto de la nada, porque el signo perfecto es el que no distingue entre significado y significante. Una relación sin relaciones; una tensión in-tensionante. La idea y la forma en uno solo: el signo. Si ya están, ¿Para qué explicarlas, doctora Laura? ¿No cree usted que es superflua toda explicación que pueda darse una vez se es un signo? ¿Es lo que hemos estado haciendo? ¿Tratando de mencionar el silencio, de decir lo inefable? Dígame para qué. ¿Para qué explicar un sentido inexistente? Una sonrisa es suficiente. Contemplar el evento estético en su totalidad, no separar[nos]: significado y significante. Contemplar. Reír. Sonreír. Soñar. Veremos y le contaré mi experimento, doctora. Veremos si me acerco y formo signo Con mi nuevo significante.

15.4.11

Un no-sentimiento

Diríamos que se quiere escribir sobre un no-sentimiento. Se busca la comparación con los sentimientos anteriores, previos al estado de vacío. Éxtasis, rabia, sujeción, malestar, tristeza, desesperanza... Todos ellos no se sienten ¿Pero entonces qué sí?

El sustento y pilar de todos los sentimientos tambalea, se mueve y distrae de todo aquello que no sea un sentimiento, sino un estímulo. Se busca llenar el significado vacío del amor en cualquier significante: lecturas, escrituras compartidas, chocolate, salsa, Cali, talento, academia, tú. Todos ellos juntos no hacen sentir, pero en cambio hacen llegar al estado de impercepción, el cual sin embargo no siento ni percibo. Puede que sea, es, un miedo a nombrar las cosas en su ser fijo. Puede que sea, podría ser, el temor a utilizar el presente y en cambio perpetuar el condicional, atento a cada mutación de tu rostro, a cada cambio en tu voz para cambiar de sentimiento conforme tu comportamiento.. es un terror absoluto a sentir sin concordancia alguna con tus sentimientos, y en cambio sentir más de la cuenta.

Es miedo a burlar la cadena sensual (sintiente) en la cual te uso para escribir fragmentos de un discurso amoroso que nunca fue pronunciado; puede que sea la convicción de quedar latente y expectante ante el no sentir, el gusto por sufrir o puede ser bobada y ya. Se reflexiona. Se lee en voz alta. Se observa la figura que rompe con el escrito último. Se mira la letra. Se autentica. Se subraya. Se rectifica. ¡Pero no se siente, nada que se siente! Diríamos que se espera el fruto de la pinta bohemia, del tinto y del cigarrillo de hoy en las horas de la tarde. Se usa el papel para crear la ilusión de que se siente. Se exorciza el no-sentimiento que ha quedado decantado en las letras, que se sabe que es sentimiento pero que no se siente. Se acorta el límite, se pausa la sensación de no tenerte, de no besarte, de no quererte sentir mientras trabaja la mente. Se ha escrito sobre algo que no es, se ha glosado, moralizado a pesar de no ser una glosa ni de ser moralizante. Se ha no-sentido, se le quita mérito al escribiente, al escribano que escribe y no siente, o siente y no escribe.

Deine Hand

Mi mano está subordinada a la sonrisa de tu cara
el pálpito subordinado a tu mirada
y el beso subordinado a la esperanza.
Pero el abrazo,
al abrazo no lo subordina nada.

Kindheit

Cuando se es pequeño, se percibe el mundo de una manera tan extraña, que a lo mejor los ojos del adulto crean que esa manera no es la correcta de ver el mundo. De cuando era niño quedan las fotografías, nada más que la imagen y un recuerdo vago e intangible del momento en el que me las tomé. Afortunadamente videos sí hay pocos, eran peores, aun más irreconocible para el yo que creo ser ahora. En algunos casos, la diferencia es tal que me digo para consolarme aquello que dice el señor Wilde en boca de Lord Henry, que para no ser tan académico cito sin comillas: la intelectualidad arruina todo rasgo de belleza... Entonces me miro en el espejo con mi frente en alto y una foto donde hay un marinero que se supone debí haber sido yo y me pregunto si he aprendido algo después de todo en este año, que ha sido a pesar de todo el más productivo y quizá por eso uno de los pocos que me gusta recordar.